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sábado, 6 de noviembre de 2010

Corrupción

Ayer tuve cita con el psicólogo del hospital. Quería verme para saber como había reaccionado el oncólogo al decirle que no iba a seguir el tratamiento de ratioterapia y las demás apias. Le dije que no había tenido problemas ya que había aludido a un miedo irracional a torturar mi cuerpo con esas cosas y además, el médico consideraba que no podía insistir, dado que ya llevaba tantos años tratándome yo misma.

Términamos hablando de la corrupción en la Comunidad Valenciana- tan flagante, tan evidente y con tan poca reacción por parte de los ciudadanos de a pie -.Comentó que cuando iba a algún congreso, sus compañeros psicoanalistas le hacían comentarios al respecto,  y que estaba de acuerdo en que ello significaba que nosotros los ciudadanos aceptamos la corrupción como propia, ya que de lo contrario actuariamos diferentemente,- 'como es adentro es afuera'-. Cada uno de nosotros seríamos capaces- estando en una situación de poder- de abusar de ese poder para beneficio propio. Hemos llegado al punto donde el abuso manifestado en la corrupción es televisado, hecho público y no ocurre absolutamente nada, es más, en intención de voto los corruptos siguen teniendo ventaja.

La corrupción existe en cada uno de nosotros. Existe cuando en lugar de actuar de acuerdo a lo que es mejor para todos , actuamos basados en el interés propio- cuando vivimos en deshonestidad-. Somos nosotros los que consideramos de tontos el hecho de que un pobre encuentre una cartera con dinero en la calle y la devuelva. Somos nosotros los que consideramos que para  llegar a 'ser alguién' hay que pisar al de abajo y adular al de arriba. La corrupción ha dejado de ser un problema de la clase política para convertirse en una forma de vida. Y nada va a cambiar afuera sino cambiamos adentro. El mundo no va a cambiar sino cambiamos nosotros.

Yo he sido corrupta - no importa en qué grado-. He mentido para beneficiarme, he robado aunque lo justificara como quitarle al que tiene más, he abusado cuando he estado en situación de poder para mi propio beneficio, he adulado para manipular en mi favor, he............ Me perdono por haber aceptado y permitido participar en la institucionalización de la corrupción.

Llevado esto a mi cuerpo, mi enfermedad es un grado extremo de corrupción, en el que una parte de mí como sistema de conciencia de la mente, ha abusado de mi cuerpo para su propio beneficio, corrompiéndolo.

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